Dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa, que detrás de la tormenta siempre llega la calma, que no hay mal que dure cien años, y que después del duelo llega el crecimiento, pues bien.... Ya ha llegado, mañana es el día, me he esforzado, he trabajado, he luchado y lo he conseguido.
Debo de agradecer el apoyo recibido por todos los que creyeron en mí aun cuando ni yo misma lo hacía, a las noches en vela, a las llamadas de auxilio todas con contestación, a la paciencia que han tenido que tener, a mis lágrimas sin razón, mis enfados repentinos y mi total descontrol.
Han sido cuatro años duros, pero muy provechosos, en los que he conocido a grandes personas, tanto compañeros como profesores.
Gracias a mi familia, a mi hermana y sobre todo a mi novio por tanto...
He aprendido y no dejaré de hacerlo, llega mi fase de ascenso, pero la mejor lección que me llevo es que:
SI QUIERES, PUEDES.
Gracias a todos los que en esta etapa habéis formado o compartido aunque sólo fuese un momento a mi lado.